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Cuidado de la piel

Mantenimiento de una piel sana y prevención de problemas.

Cuidado de la piel

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Entre las principales funciones está la protección contra agresiones externas como bacterias, sustancias químicas y la temperatura contribuyendo a mantener íntegras sus estructuras.

Cuando se producen cambios en la piel (por envejecimiento, problemas circulatorios, por roces o presiones…) ésta se vuelve frágil, delgada y susceptible de alteración de su estructura.

Es conveniente realizar un cuidado especial para mantener una piel sana, cuidar adecuadamente las heridas quirúrgicas, prevenir las lesiones por presión, las úlceras por varices, la infección por hongos o la dermatitis del pañal.

Mantenimiento de una piel sana

  • Evita en lo posible heridas (golpes, daño por hebillas, botones, zapatos).
  • Usa ropa adecuada (holgada, mejor sin botones o corchetes).
  • Realiza una higiene cuidadosa (agua tibia y jabón ph neutro, mejor si es emoliente o productos limpiadores que no requieren aclarado). Secado riguroso con más atención en zona de pliegues (axilas, ingles, pliegues mamas en mujer) con toques de toalla. Tras el aseo es conveniente que revises tu piel en busca de cualquier cambio (enrojecimiento, pequeñas heridas o ampollas).
  • Hidrata tu piel. Usa cremas hidratantes aplicándolas con un masaje suave.
  • Las colonias y perfumes habitualmente contienen alcohol que produce sequedad por lo que debes aplicarlo en la ropa, no en la piel, para mantener el placer de un olor agradable.
  • Bebe abundantes líquidos, de 1.5 a 2 litros al día, salvo que tu médico te haya dicho lo contrario.
  • Evita la presión continuada sobre la piel.
  • La ropa de cama debe estar limpia, seca y sin arrugas.

Ten cuidado con...

Si tienes una herida de la operación que no necesita que la cure un profesional sanitario, debes seguir una serie de recomendaciones:

  • Las heridas sanan desde la parte interior hacia el exterior, si tu herida es cerrada (con sutura – grapas o ya completamente cicatrizada) debes mantenerla limpia. Aprovecha la ducha para lavar con agua tibia y jabón. Secar cuidadosamente.
  • Las heridas cerradas pueden dejarse descubiertas. Si se tienen que tapar se retira el apósito antes de la ducha, secar (opcional el uso de antiséptico según indicación de sanitario) y taparlo. Lávate las manos al finalizar.
  • Puede pasar que se abra (a lo largo de toda la incisión o solo en parte de ella), en este caso debes consultar a tu médico o enfermero.
  • Vigila si aparece algún signo de alarma de infección (enrojecimiento, dolor, calor, endurecimiento, secreción mal oliente, malestar general con o sin fiebre) y en ese caso consulta con tu médico o con el enfermero.
  • No olvides que cuando hay una exposición a la radiación solar siempre debes aplicar crema o loción solar con factor protección (FPS) alto en la zona cuando esté totalmente cicatrizada y recuperada.

Si tu familiar pasa mucho tiempo en cama o sentado debes tener mucho cuidado con las zonas de apoyo. Las lesiones por presión se producen por el contacto continuo entre dos planos duros (la presión del propio hueso sobre la piel y la superficie de contacto). El grado de efecto de esta presión sobre la piel y el consecuente daño va a depender de algunos factores como:

  • A más edad, mayor riesgo de que aparezcan.
  • Si la persona es muy delgada, los huesos presionan más sobre la piel, por lo que es más fácil que se produzcan este tipo de lesiones.
  • Si se tiene movilidad reducida o  un estado de desorientación o confusión, nos encontramos ante una situación de disminución de la movilidad por lo que se recomienda revisar la piel más a menudo. Es conveniente que se realicen cambios de la postura en la cama cada dos horas o cada 30 minutos si se está en silla/sillón.
  • Se recomienda evitar masajear  las zonas de más apoyo que han estado bajo presión desde el último cambio de posición. Es importante aplicar hidratación con cremas hidratantes o con ácidos grasos hiperoxigenados en las zonas de prominencias óseas. Si aparecen signos de alarma (tejidos hinchados, morados, enrojecidos…) consultar con tu médico de familia o enfermero para que valore la piel y establezca indicaciones de tratamiento si lo considera necesario.
  • Mantener la piel limpia, seca e hidratada, pero sin dejar restos de crema hidratante (procurar que se absorba bien el producto). Se recomienda higiene diaria con agua tibia y jabón neutro. Vigilar la piel, o cualquier cambio en la misma, aprovechando el momento después del baño o en los cambios de pañal (si se usase).
  • En las ortopedias existen productos que ayudan a prevenir las lesiones por presión (colchón antiescaras, cojines, borregos, patucos…) pero nunca deben sustituir los cambios posturales.
  • La pérdida de orina (incontinencia urinaria) favorece la aparición de lesiones en zona genital. Si se utiliza pañal es mejor que sean pañales o compresas con material súperabsorbente y sistema «siempre seco» (como los pañales financiados por el sistema de salud, que suelen ser de este tipo).
  • El enfermero o médico de familia de referencia son los profesionales que pueden informar y asesorar en cuidados, cambios posturales, materiales ortopédicos, protectores de espumas, apósitos, hidratación, ácidos grasos hiperoxigenados… que contribuyen a mantener la salud de la piel o recuperarla si ya ha aparecido la lesión.

Las úlceras por varices se producen cuando las venas de las piernas no consiguen que tu sangre vuelva al corazón de forma correcta. Esto hace que la piel de pantorrillas y tobillos tengan una circulación defectuosa comenzando a tener cambios en su aspecto (manchas, hinchazón, dolor) haciéndose más frágil y vulnerable a roces o golpes.

Para prevenir la aparición de úlceras por varices es importante mejorar la circulación en las piernas:

  • Evita ropa ajustada o que te apriete.
  • Utiliza medias especiales para las varices (medias de descanso) que favorecen la circulación.
  • Evita estar mucho tiempo de pie, sin moverte o con las piernas cruzadas al estar sentado.
  • Si es posible, eleva las piernas al sentarte y súbelas por encima del tronco al acostarte.
  • Camina cada día al menos 30 minutos. Intenta no usar tacones altos
  • Debes mantener la piel limpia, seca e hidratada. Usa agua y jabón, mejor si es emoliente. Seca sin frotar, con pequeños toques con la toalla. Aplica cremas o aceites hidratantes.
  • Evita el calor, sobre todo en las piernas. Protégelas de golpes.
  • Bebe suficientes líquidos y evita la sal.
  • Evita el sobrepeso y haz una alimentación saludable.

Si tienes úlceras por varices debes seguir las recomendaciones y cuidados de tu médico y enfermero.

Son infecciones frecuentes en la piel de diferentes zonas del cuerpo (ingles, pliegues mamarios, axilas, entre los dedos de los pies, en mucosas como la boca…). Favorecen su aparición el calor, la humedad, el tratamiento con antibióticos, la disminución en las defensas inmunes de la persona o el contacto con fuentes de infección. Algunas medidas a tener en cuenta son:

  • Limpia todos los días tu piel. Posteriormente realiza un buen secado, sobre todo en las zonas de los pliegues.
  • Para tus pies usa calcetines de algodón, que debes cambiar si se mojan. Utiliza zapatos que transpiren.

La dermatitis del pañal es fruto de una agresión continua de la piel, debida al uso inadecuado de los absorbentes, que produce una alteración en la barrera cutánea pudiendo afectarse la porción inferior del abdomen, genitales, nalgas y la porción superior de los muslos debido al contacto prolongado a la humedad (orina y/o heces),temperatura elevada en la zona, detergentes potentes, antisépticos y hongos.

El cuadro clínico se caracteriza, variando según la causa, por enrojecimiento, inflamación, eccemas o ulceración. El uso de pañales desechables ha disminuido notablemente la incidencia de dicha dermatitis.

Las medidas preventivas de la dermatitis del pañal pueden resumirse en las siguientes:

  • Aumentar la frecuencia de cambios del pañal, incluso durante la noche.
  • Usar pañales desechables de calidad, que permitan la transpiración de la piel. La capacidad de absorción del pañal depende directamente de la cantidad de celulosa que contenga.
  • Lavar la zona cubierta por el pañal de forma adecuada, sin olvidar los pliegues: utilizar preferentemente agua tibia sin jabón, ya que los lavados frecuentes con jabón pueden debilitar la barrera de protección natural que recubre la piel. En caso de usar jabón, se recomiendan los productos neutros.
  • Si es posible, dejar al aire la zona afectada (un tiempo corto).
  • Los productos barrera (pasta al agua- oxido de zinc) son recomendados en lesiones iniciales irritativas (enrojecidas).
  • Secar adecuadamente y si presenta alguna lesión consultarlo al personal sanitario.