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Subproceso de Integración y Coordinación Asistencial de la Unidad de Medicina de Familia y Comunitaria de “La Laguna - Tenerife Norte”.
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Fisioterapia respiratoria

Aprende a prevenir las disfunciones respiratorias

Fisioterapia respiratoria

El objetivo general es prevenir las posibles disfunciones respiratorias, restituir la función pulmonar y mejorar la calidad de vida.

Percusión y vibración

La percusión consiste en dar palmadas, de una manera rítmica, con las manos huecas a lo largo de la espalda. El objetivo que persigue es que salgan mecánicamente las secreciones espesas adheridas a las paredes bronquiales.

La vibración consiste en la compresión intermitente de la pared torácica durante la espiración, intentando aumentar la velocidad del aire espirado para, de esta manera, desprender las secreciones.

Educación de la tos

Después de una inspiración profunda, durante la espiración, tose procurando hacerla en dos o tres tiempos para un mejor arrastre de las secreciones.

Está indicada en el pre y postoperatorios de pacientes con excesivas secreciones, así como en las situaciones de producción excesiva de esputo.

Ejercicios respiratorios

Los ejercicios respiratorios tienen como objetivo disminuir el trabajo respiratorio, mejorar la oxigenación y aumentar la función respiratoria.

Todos los ejercicios que te vamos a proponer a continuación, deben estar acompañados de una respiración adecuada.

Haz “clic” en cada apartado para ampliar la información del ejercicio.

Ejercicios en posición de tumbado:
  1. Empezaremos con unos ejercicios que debes realizar tumbado, para relajarte mejor y hacer que tu respiración sea lo más lenta y tranquila posible; puedes ponerte varias almohadas en la cabeza para estar más cómodo. Repite los ejercicios tantas veces como puedas.
  2. Tumbado, coloca las palmas de las manos completamente relajadas sobre la barriga. Inspira con tranquilidad a través de la nariz, hinchando al mismo tiempo el abdomen (donde están tus manos), mantén el aire dentro 1 ó 2 segundos, saca el aire lentamente por la boca con los labios fruncidos (trata de sacar todo el aire).
  3. Siga tumbado. Ahora coloca las manos en las últimas costillas, cerca de la cintura. Inspira con tranquilidad por la nariz para que se hinchen sus costados (donde tienes las manos). Mantén el aire dentro 1 ó 2 segundos, saca el aire por la boca lentamente, con los labios fruncidos, hasta que no te quede nada; notarás que los costados se deshinchan.
Ejercicios en posición de sentado:
  1. Los siguientes ejercicios debes realizarlos sentado en una silla, con la espalda recta y las piernas ligeramente separadas. Pon las manos sobre las rodillas, cruzándolas: inspira por la nariz y, al mismo tiempo, sube los brazos formando una “V” con ellos. Espira por la boca con los labios fruncidos, y baja lentamente los brazos hasta volver a poner las manos cruzadas sobre las rodillas. Repítelo varias veces.
  2. Pon la mano derecha sobre tu hombro derecho, doblando el codo. Mientras sacas el aire con los labios fruncidos, baja el tronco hasta apoyar el codo sobre la rodilla izquierda. Al inspirar por la nariz, sube el codo hacia arriba y atrás. Repite varias veces con su brazo derecho. Después de un descanso, haz lo mismo con el brazo izquierdo.
Ejercicios de brazos:

Recuerda: inspira por la nariz al subir y suelta el aire por la boca al bajar.

  1. Levanta los brazos por delante del tronco, hasta el máximo que puedas por encima de la cabeza, mantenlos 3 segundos y bájalos.
  2. Abre los brazos hasta la altura de los hombros, mantenlos de 3 a 5 segundos y bájalos.
  3. Con los brazos extendidos, flexiona los codos, mantenlos de 3 a 5 segundos y extiéndelos nuevamente.
Respiración con los labios fruncidos:
  1. Pon los labios como para apagar una vela o silbar.
  2. Inspira lentamente a través de la nariz con la boca cerrada.
  3. Espira lentamente a través de los labios semicerrados (debe durar el doble de la inspiración).
Respiración diafragmática:
  1. Sentado, con las rodillas flexionadas, coloca las manos sobre el abdomen.
    Inspira profundamente a través de la nariz manteniendo la boca cerrada. Al inspirar, el abdomen se distiende elevando las manos.
  2. Coloca los labios como si fuese a silbar y espirara lenta y suavemente de forma pasiva, haciendo un sonido silbante sin hinchar los carrillos. Al ir expulsando el aire, los músculos abdominales se hunden, volviendo a la posición original.
Ejercicios de expansión pulmonar:
  1. Inspira profundamente mientras empujas el tórax, expandiéndolo contra la presión de las manos.
  2. Coloca las manos sobre la zona del torax que hay que expandir, aplicando una presión moderada.
  3. Mantén unos segundos la máxima inspiración posible y comienza a espirar el aire lentamente.
  4. Al final de la espiración, las manos realizan una ligera vibración sobre el área.
Ejercicio para toser de manera eficaz y controlada:
  1. Respira lenta y profundamente mientras estás sentado tan erguido como sea posible. Utiliza la respiración diafragmática.
  2. Mantén la respiración diafragmática durante 3-5 segundos y luego espira lentamente tanto aire como sea posible a través de la boca (la parte inferior de la caja torácica y el abdomen se hunden según se respira).
  3. Realiza una segunda inspiración profunda, mantén y tose con fuerza desde lo profundo del pecho (no desde la garganta). Toser dos veces de forma corta y forzada.

Descansa después de la sesión. Es conveniente que tosas de forma controlada 3 ó 4 veces al día, media hora antes de las comidas y al acostarte (descansa de 15 a 30 minutos después de cada sesión).

Es importante que te limpies los dientes y te enjuagues la boca antes de las comidas, ya que la sesión de estimulación de la tos se suele asociar fundamentalmente con un mal sabor de boca, lo que produce la disminución del apetito y de la capacidad gustativa.

Rehabilitación y Fisioterapia Respiratoria

Manual para el paciente